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martes, 11 de diciembre de 2012

Marca tus propias metas.


Uno de los problemas que tenemos los jóvenes es el estudio, las pocas ganas  simplemente no hacer el trabajo necesario. Y hay que estar preparados lo mejor posible para en un futuro encontrar un puesto de trabajo.
Puedes empezar a preocuparte por tus notas, éstas bajan tu autoestima pero pueden hacer que tus ganas de seguir con los estudios aumenten, o también puede suceder lo contrario.
Los adolescentes no quieren que les traten como niños, ni quieren que los controlen, simplemente que los respeten y les guíen para motivarles y hacer que les interese el estudio. Hay que estimular otros intereses que vayan mucho más allá que el móvil, el ordenador y su círculo de amigos (esto no significa que los separe totalmente de ellos).
Hay que concienciarles a poner sus propias metas, e intentar vincular asignaturas con futuros puestos de trabajo o estudios universitarios y ayudarles a elegir cuales son los campos que más les interesan.
Si se les motiva, conseguirán lograr sus metas con éxito y poner nuevos objetivos.
La mayoría de los adolescentes, en cambio, todavía no saben lo que quieren ser, están explorando y tratando de encontrar sus valores, creencias y sus trayectorias futuras. Los padres deben hablar con sus hijos adolescentes acerca de las cosas con las que disfrutan ahora y guiarlos para que encuentren lo que creen acerca de su vida y establezcan unos objetivos apropiados que estén relacionados con sus pasiones.


Las pequeñas metas harán que el adolescente logre sus objetivos y se motiven a hacer cosas mucho mejor.

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