Las formas de comunicarnos han cambiado desde hace unos años de una manera muy rápida.
Los riesgos que hay que evitar son:
Aunque haya que darse a conocer, hay que dar una información adecuada a las personas adecuadas. No se deben aportan teléfonos, ni correos electrónicos, ni datos demasiado personales.
También hay que tener mucho cuidado y asegurarse que estás hablando con quien parece ser. Aunque se han dado algunos casos en la que las redes juveniles se han utilizado con fines deshonestos por parte de adultos, éstos han sido muy minoritarios. Además, estos servicios cuentan con un estricto control de privacidad. No obstante hay que tener cuidado con todo lo que se publica y tener una buena supervisión de con quién te estás comunicando.
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